Las madres, siempre tan fundamentales e imprescindibles, tan dispuestas a darlo todo por sus hijos y siempre con una sonrisa y con toda su energía. Ser madre significa muchas cosas: noches sin dormir, preparar biberones, cambiar pañales, aguantarnos en la adolescencia… pero también disfrutar del amor de los hijos y de una vida en común llena de ilusiones.
Sin olvidar que las madres también son personas, con sus necesidades, sus aspiraciones y sus metas, y muchas quieren compatibilizar la crianza con tener una vida propia. ¿Quién no conoce a mujeres se sienten culpables por no encajar en el perfil de madre perfecta que nos han inculcado tradicionalmente? Ha llegado el momento de desterrar estos prejuicios y tener claro que no hay madres mejores ni peores, sino solo madres.
Desarrollar una carrera profesional, ir a cenar con unas amigas, tener tiempo para una misma… es posible si logramos una mayor igualdad en el cuidado de los hijos, con padres corresponsables, con medidas de conciliación y con las mismas oportunidades para todos. Hoy más que nunca, atender a la familia es cosa de dos. Ser madre es un privilegio del que hay que disfrutar. ¡Feliz día de la madre!